Alfredo Zitarrosa escribió su versión en castellano de la versión en portugués, y llamó a la canción Minha historia, en una mezcla de ambos idiomas Canción
Él llegó sin hablar mucha cosa, no hablaba de más,
eso sí, le gustaba y olía y hablaba del mar,
un tatuaje azul en cada brazo y un oro en un diente,
fueron causa de que ella lo amara perdidamente.
Poco tiempo después él partió, nadie supo hacia dónde,
y en los ojos mi madre empezó a juntar mar y horizonte,
lo esperaba parada, clavada, en la piedra del puerto,
cruel olvido y el viejo vestido cada día más corto.
Cuando al fin yo nací, tiernamente me envolvió en un manto,
me vistió y me adornó cual si fuera una especie de santo.
Y por no conocer otra cosa, la pobre mujer,
me arrullaba cantando canciones de cabaret.
No tardó en difundir por el barrio que, en aquella cuna,
se dormía y crecía algo más que una simple criatura.
Nunca supe si por ironía o si por amor,
decidió que mi nombre sería el de Nuestro Seáor.
Esta historia y mi nombre temido me están esperando,
cuando voy de tugurio en tugurio peleando y cantando,
todo el bajo, todos mis amigos de copa y de cruz
me conocen muy bien y me llaman el Niáo Jesús.