Que mi nombre saliera de tus labios
Era tan imposible para mí
Como querer bajar desde la tierra
Con la mano una estrella
Te salió con cariño cuando el tiempo
En un feliz momento, nos juntó
Y después de mirarnos
Conocimos el duende de los dos
Caprichos insondables de infinito
Nos hicieron hallarnos
Y pensar que bastaba tan solo una mirada
Para poder amarnos
Y dejar que creciera ese duende que sabe
Lo que podemos darnos