Al calor de tu inmenso cariño renació la ilusión
Que sin luz, escondida en mi pecho, se perdía en el dolor
Fuiste el sol, que la noche del alma, convirtió en despertar
Solo tú, cariñosa princesa, me encendiste con tu majestad
Y así fue, que en tu seno de rosas, pude al fin desbordar el candor
Que mi rara tristeza ocultaba en un sueño de amor
Y nació de la unión de las almas una triste y profunda canción
Que arrullando felices secretos, nos unió para la eternidad