Hay una luz en mi frente que brilla
Constante cuando tengo miedo
Hay una puerta abierta y una silueta de
Un monstruo al final
Hay un espejo que muestra antiguos
Sucesos que no quiero ver
Hay siempre un escalofrío en mi espina
Dorsal.
Hay tanta cosa frívola
Hay tanto temporal
Tanta desgracia minúscula
Que va creciendo, creciendo, creciendo.
Vive en la luz apagada la voz de un grillito
Que nunca es feliz
Y bajo el agua impaciente reposa la
Angustia de mi porvenir
Dicen que allá en las alturas se esconde el
Fantasma de lo inalcanzable
Que siempre de madrugada la soledad
Llora y te llama y te vas
Hay tanta cosa frívola
Hay tanto temporal
Tanta desgracia minúscula
Que va creciendo, creciendo, creciendo.
Hay tanta cosa equivoca
Hay tanta tempestad
Tanta venganza idílica
Que va creciendo, creciendo, creciendo.
Y uno que nunca quiere ver
Uno que nunca quiere ser, más que un
Peón domesticado
Por su propia mano, por sus propios pies
Ciego y sordo por si acaso nos llegara a
Doler
El miedo a la verdad
El miedo y nada más.
Hay una luz en mi frente que brilla
Constante cuando tengo miedo
Hay un temblor repentino, un espasmo
De vida y de necedad
Hay un paso y luego otro y luego está el
Alba, y el vino y tu risa
Hay siempre una constante si cierro los
Ojos y entiendo y estás.
Hay tanta cosa frívola
Hay tanto temporal
Tanta desgracia minúscula
Que va creciendo, creciendo, creciendo.
Hay tanta cosa equivoca
Hay tanta tempestad
Tanta venganza idílica
Que va creciendo, creciendo, creciendo.
Y a veces me voy a tientas, como
Palpando el espacio
Y cuando cierro los ojos tú estás
Y el frío se desvanece y solo existen tus
Ojos
Y el miedo queda en silencio, por fin.