Cuando otra no quedó
Que exhumar la voluntad
La tierra que sacudió mi espalda, se hizo barro al sol
Yunta que tira y no ves
Ni las sombras que se van
Se van tras el sueño aquel
Las huellas que el tiempo y el viento no pueden borrar, no
Tampoco las ves, si miras atrás
Arando va
Labrando el suelo y es tu consuelo
Que una mañana tibia descansará
Arando va
Bajo este cielo, se vuelve hielo
Cuando tocas la puerta de la soledad
A veces el norte está
Muy difuso para mí
Oscuro el camino hace temblar el porvenir
Y cuando más querés salir
Mucho más volver a entrar
Un dulce veneno de a poco nos infectó
Las huellas que el tiempo y el viento no pueden borrar, no
Están en la piel, ardiendo
Arando va
Labrando el suelo y es tu consuelo
Que una mañana tibia descansará
Arando va
Bajo este cielo, se vuelve hielo
Cuando tocas la puerta de la soledad
Las huellas que el tiempo y el viento no pueden borrar, no
Tampoco las ves si miras atrás
Arando va
Labrando el suelo y es tu consuelo
Que una mañana tibia descansará
Arando va
Bajo este cielo, se vuelve hielo
Cuando tocas la puerta de la soledad