Sigilosamente, como la hiedra
Trepando incansable y determinada
Con los encantamientos de un hada,
Dejaste una semilla que medra
Y mi corazón que era de piedra,
Lo tornaste suave con tu herbada
Por tu constancia fuiste mi amada
Ahora nos mostramos en la exedra
Y al mirarte tengo la certeza
De que a mi alma has liberado
Pues me alimentaste con pureza
Cuando la vida me había tronchado
Tan dulce ahora es mi corteza
Cuando vivo a poesía a tu lado
Cuando la vida me había tronchado
Tan dulce ahora es mi corteza
Cuando vivo a poesía a tu lado