Quisiera ser el dueño del pacto de tu boca
Quisiera ser el verbo al que no invitas
A la fiesta de tu voz
Te has preguntado alguna vez, di la verdad
Si siente el viento, debajo de tu ropa
Cuando te bañas en el mar desnuda
Y te acaricia el cuerpo en la fiesta de tu piel
Se sentirá la sal, las olas
Sentirá la arena, me da pena
Quisiera ser al aire que escapa de tu risa
Quisiera ser la sal para escocerte en tus heridas
Quisiera ser la sangre que envuelves con tu vida
Quisiera ser el sueño que jamás compartirías
Y el jardín de tu alegría, en la fiesta de tu piel
Son esos besos que ni frío ni calor
Pero si son de tu boca, también los quiero yo
Quisiera ser sincero
Apuesto a que te pierdo
En esta frase sólo pido tu perdón
Por qué no escribo algo mejor, ay yo no sé
Me has preguntado alguna vez
Por preguntar, qué es lo que quiero
Por qué motivo he dibujado el aire
Que jugaba a ser silencio
Si en realidad te entiendo o sólo nos queremos
Y si a la noche como a mí le duele tanto
Desear de lejos
Se sentirá la sal, las olas
Sentirá la arena, me da pena
Quisiera ser al aire que escapa de tu risa
Quisiera ser la sal para escocerte en tus heridas
Quisiera ser la sangre que envuelves con tu vida
Quisiera ser el sueño que jamás compartirías
Y el jardín de tu alegría, en la fiesta de tu piel
Son esos besos que ni frío ni calor
Pero si son de tu boca, también los quiero yo, no, no, no
Quisiera ser al aire que escapa de tu risa
Quisiera ser la sal para escocerte en tus heridas
Quisiera ser la sangre que envuelves con tu vida
Quisiera ser el sueño que jamás compartirías
Y el jardín de tu alegría, en la fiesta de tu piel
Quisiera ser al aire que escapa de tu risa
Quisiera ser la sal para escocerte en tus heridas
Quisiera ser la sangre que envuelves con tu vida
Si quieres ser el aire
Yo te invito niña a mi camisa, mi camisa
De tu alegría, y la fiesta de tu piel, no, no, no
Quisiera ser al aire que escapa de tu risa
Quisiera ser la sal para escocerte en tus heridas
Quisiera ser la sangre que envuelves con tu vida
Quisiera ser el sueño que jamás compartirías
Y el jardín de tu alegría, en la fiesta de tu piel