(Canción)
Esta voz es terrón, greda y arena,
aterido penacho de algún cardo,
aspereza de piedra cimarrona
que rebelde se eriza en los picachos.
En fraguas de cristal la he depurado,
en escalas marinas o en naufragios.
La templé en el huracán de amarga ausencia
y mi sangre, glaciales de guijarros.
La haré camino algún día del sueáo ausente,
las alas de tus pupilas lo verán siempre.
Cuando te siembre la vida
un tamborcito en el vientre
la haré rebozo de nubes
con flecos de soles tenues.
En un mástil luminoso de palabras
la izarían jubilosos mis hermanos,
si una gama de melódicos matices
ondulara en la bandera de mi canto.
En fraguas de cristal la he depurado,
en escalas marinas o en naufragios.
La templé en el huracán de amarga ausencia
y mi sangre, glaciales de guijarros.
La haré camino algún día del sueáo ausente,
las alas de tus pupilas lo verán siempre.
Cuando te siembre la vida
un tamborcito en el vientre
la haré rebozo de nubes
con flecos de soles tenues.