Se ha vertido el veneno
en el fondo de la entraáa del alma
Ellos saben el secreto
asá quieren alcanzar el cielo
Van colgando rosarios
entre sus manos ensangrentadas
Y las plegarias no alcanzan
al maldecir sus pecados
Sus rostros van cubiertos
suspirando la agonáa derramada
El dolor no es la carne
que cubre sus malditas palabras
de tus oraciones
(de tus oraciones)
Se han abierto las puertas
de las malditas compasiones
Derrochando maldiciones
de lo que ya está escrito
Cabalgando sin rendicián
los jinetes de la muerte
ya no escuchan tu perdán
no conocen el dolor
(no conocen el dolor)