Tal vez de otras caricias
la ardiente locura
podrá arrastrar mi vida
con su fascinación.
Y puede que rodando,
por días sin ternura,
me aprese en sus encantos
la magia de otro amor.
Tal vez en otro beso
se queme mi sangre
y en horas de embeleso
se embriague el corazón.
Mas nada podrá darme
los cálidos momentos
que en días de hondo ensueáo
vivió nuestra pasión.
Tú, como nadie,
eternamente en mi vida.
Hoy, como ayer,
siempre en mi fervor.
Tú, como nadie,
siempre tú en mi corazón.
Porque nadie más podrá ya nunca
darme el encanto que me dio tu amor.
Tal vez otra aventura
cautive mi enpeáo,
tal vez otra locura
me arrastre en su turbión.
Y puede que, aáorando,
tu amor que está tan lejos
aturda en otros brazos
mi desesperación.
Podré engaáar mis ansias
con otros amores
y acaso a mi nostalgia
la entibie otra pasión.
Mas nada podrá darme
lo mucho que me has dado,
ni nada ha de borrarte
de mi recordación.