Llegaste tú y tocaste mi puerta
Me presenté y quedaste sin voz
Y supe en ese instante
Que eras mía, solo mía
Y sobraban las palabras al vernos
Todo era acción, no hacía falta pensar
Por eso no me arrepiento
De besarte y de amarte
Y no me arrepiento de hacerte mía
Ni tan solo por un momento
Eres tú la musa, mi fantasía
La que me conoce por dentro
Contamos las horas que tiene un día
Para poder volver a vernos
Y son las pasiones las que nos guían
Presos del amor sin saberlo