Sos el mismo que allá por mi barrio
el botón dos por tres encaró,
porque había dicho al comisario
que piantarás de aquella sección.
Sos el mismo del negro paáuelo,
sos el mismo del saco cortón,
el del lustre aceitoso del pelo,
sos prepotente, haragán y matón.
Hoy parás en el Dominguez,
te vestís a la alta escuela,
jugás fuerte a la quiniela
y hasta San Carlos te vas.
Si caés a una carpeta
hacés temblar al banquero.
¡Parecés el Trust Joyero
por las joyas que cargás!
Cuando empiece a nevarte en el mate
y la línea entrés a perder,
si no has hecho como la hormiguita,
¡Malevito! Ahí te quiero ver,
sin amor, sin afecto, sin nada
que en el mundo te haga de puntal.
Malevito tal vez sea esa
la venganza del triste arrabal.