Ya estoy cansao de andar al bardo,
tirándome contra cualquiera
sin más consuelo ni bandera
que la esperanza de tu querer.
Ya estoy cansao de campanearte,
prendida al brazo de ese viejo,
que si se mira en un espejo
debería sentir vergüenza
de llamarte mi mujer.
Lo que yo quiero es que gocés tu primavera
ya que la vida diquera
te hizo linda y te hizo buena.
Lo que yo quiero es que dejés el nido frío
y en el bulincito mío
vengas a entibiar tu pena.
Yo ya comprendo que, a tu lado, mi pobreza
tendrá un poco de vergüenza,
porque mi bulín es pobre.
Pero, a mi lado, tu rosal tan triste
con mi luz de dicha, florecerá al sol.
Pensalo bien, que yo no quiero
que estés después arrepentida.
Vos bien sabés que en la partida
vos llevás todas las de perder.
Vas a dejar la casa linda
por mi bulín sencillo y bueno,
pero pensá que habrá cambiado
para el resto de tu vida
el sendero de tu amor.