No vengo a pedirte amores, ya no quiero tu cariáo, sí una vez te amé en la vida, no lo vuelvas a decir. Me contaron tus amigos, que te encuentras muy solito, que maldices a tu suerte, porque piensas mucho en mí. Es por eso que he venido, a reirme de tu pena, yo que a Dios le había pedido, que te hundiera más que a mí. Dios me ha dado ese capricho, y he venido verte hundido, para hacerte yo en la vida, lo que tú me hiciste a mí. Ya lo vés como el destino, todo cobra y nada olvida, ya lo vés como un cariáo, nos arrastra y nos humilla. Que bonita es la venganza, cuando Dios nos la concede, yo sabía que en la revancha, te tenía que hacer perder. Hay te dejo mí desprecio, yo que tanto te adoraba, pa' que veas cual es el precio, de la leyes del querer. (música) Ya lo vés como el destino, todo cobra y nada olvida, ya lo vés como un cariáo, nos arrastra y nos humilla. Que bonita es la venganza, cuando Dios nos la concede, yo sabía que en la revancha, te tenía que hacer perder. Hay te dejo mí desprecio, yo que tanto te adoraba, pa' que veas cual es el precio, de la leyes del querer. Autor: Jose Alfredo Jiménez