Por el Bravo y su rivera, cuanto corrido se ha escrito, por Tamaulipas y Texas, como hay hombres con delito, unos trafican la hierba, otros el polvo maldito. Voy a contarles un caso, que en la historia va a quedar, a un traficante famoso, lo acaban de liquidar, lo mató su propio hijo, sin poderlo remediar. En el condado de Hidalgo, pagó todo su delito, el Gobierno Americano, mandó sin saber a su hijo, a que fueran a aprenderlo, los de la ley eran cinco. ----- Llegando al punto preciso, allí le marcaron el alto, pero el rendirse no quiso, y alcanzó a matar a cuatro, pero al conocer a su hijo, subió las manos en alto. No hubo tiempo de pensarlo, áquel joven disparó, y cuando iba a rematarlo, también lo reconoció, de rodillas y llorando, perdonáme le gritó. Que quieres que te perdone, antes de morir le dijo, anda a decir a la corte, que tú no tienes delito, que el culpable de éste crimen, ha sido el polvo máldito.