Te pesqué mirando el horizonte,
ahí se van, las nubes como cebras,
corriendo como locas,
escapan de tus ojos que piensan y piensan.
Al final el clima estuvo lindo,
despejado, como nuestras distancias,
cercanas, sin movimientos falsos, cercanas.
Aunque no quiera aceptarlo me parece que sucede,
estoy a punto de decirlo, la palabra me enmudece.
No hay necesidad, la estancia suena bien, la tarde nos mojó, ya no fuimos los mismos.
El coraje del cielo por repetirse y no ser siempre igual.