Fútbol, besos, baldío.
Domingo, botines perdidos
por ahí.
Entre nieblas de carbón encendido,
prendidos.
Un suspiro confitado.
Ambos decididos a olvidarlo todo.
Los coches pasan tocando bocina.
Goles rosas, nos rozan.
Estuvimos tan atentos a que nada sucediera,
pero cuando nos dormimos
para cuando nos dormimos.