Fue una guerra sin perdedor, ni territorios
Ni cambios de religión; balazos de algodón
No hubo tierra, ni comprador, ni patrimonios
Sólo emociones baleadas por armas de algodón
Y pensar que la pasión es necia y tarda en madurar
Y que sin besos ni abrazos se vuelve un holograma y tarda en revelar
Fue una prueba a la paciencia, a un papel en el cosmos que se asfixió entre algodón