La palma curandera de la mano suya
Alivia de mi pena la dolencia
Dolencia que es más larga que la cordillera
Bien sabe curarla cuando aún dormida
La piel de su espalda como aceite
Desata mis manos de la pluma rústica
Ah-ah
Ah-ah
Ah-ah
Ah-ah
El ánimo dorado de los ojos suyos
Enchufa las estrellas de las lomas
De noche cuando quiere que asomemos
A darnos el abrazo de la luna
Su canto original abarca el valle
Así mi pensamiento queda mudo
Humilde en su presencia
Devoto lo descubro el sacramento
Ay, bendecida
La miro inmaculada cuando aún desnuda
Sus pasos por la casa lo concreta
Amándola mi pena se finita
Mmm-mmm
Mmm-mmm
Mmm-mmm
Mmm-mmm