Voy como un seáor
por esta ciudad
llena de gente que al pasar
deja una estela en purpurina.
Voy de aquí allá,
soy tu soledad.
Entre suspiros de algodón,
alguien le canta algo a la luna.
Quizás la luz, quizás, el sol,
quizás las manos de algún dios,
quizás el viento al sonreír,
quizás el cielo hoy este gris.
Quizás tus manos den calor,
quizás alegre con mi voz
el día de alguien que al pasar
me oiga hablar de ti, quizás.
Soy como un clavel,
voy oliendo a miel,
por si en mis pasos
tu cruzar tan generoso amable fuera.
Hoy en tu ciudad
hay signos de paz,
gritos de amor entre antenas,
tiendas llenas de incienso y velas.
Y de un balcón
cuelga un cartel
junto a una flor color anís
donde leemos esto:
¿quién mueve nuestros gestos?
Quizás la luz, quizás, el sol,
quizás las manos de algún dios,
quizás el viento al sonreír,
quizás el cielo hoy este gris.
Quizás tus manos den calor,
quizás alegre con mi voz
el día de alguien que al pasar
me oiga hablar de ti, quizás
las puertas que hay aún por abrir
dejen de estar cerradas.
Quizás abrir ventanas
haga entrar más luz, más calma.
Quizás hablamos por hablar,
y hablar es tan poquito
Quizás sea mejor callar
y andar más despacito.