Cuando decidiste partir
Quedó roto mi sol con tu inesperada oscuridad
Roto el amor, o lo que quedaba de él
Y rotos los seres detrás del camuflaje
Roto el bolsillo en el que puse mis manos
Y roto el guion de la novela que escribimos
Roto el espejo en el que nos mirábamos
Y rotas, las fotos en las que reímos
Quedó roto el camino en el que puse mis pies
Y rota mi prisa, por pensar en ti
Roto quedó, el corazón que escribe
Y roto, el corazón que escucha
Roto el corazón cansado
Y roto, el corazón que lucha, que no se rinde, que espera
Roto queda, el sueño del que quiere alcanzar y no puede
Y rotas quedan sus alas porque, a veces, volar duele
Roto queda el vestido que guardaba olor a ti
Y rotas quedan las hojas del diario en el que te escribí
Rotos quedan mis días, mis noches, mi tiempo
Roto queda el espacio que ocupaba tu cuerpo
Roto el pan en la mesa del hambriento
Rota la paz del que comió de más
Rota la voz que salió de tu silencio
Y roto el adiós que enjugó tus lágrimas
Roto el capullo que nos albergaba
Roto, el recuerdo en el que te encontrabas tú
Rotas las cosas con las que me quedo
Rotas las otras que te llevas tú
Rotas las promesas y rota la verdad
Roto el disfraz que se adueñó de nuestros días
Rota la camaradería
Y roto aquel papel que un día nos unió
Rotas quedan mi historia y la tuya
Mi sonrisa y el placer de abrazarte
Te quedas rota tú porque eres quien te marchas
Y más roto quedo yo, porque jamás volveré a tenerte