En el valle de Pocuno donde rebota el viento del mar donde la lluvia cría los musgos vive Angelita Huenumán. Entre el maáío y los hualles el avellano y el pitrán entre el aroma de las chilcas vive Angelita Huenumán. Cuidada por cinco perros un hijo que dejó el amor sencilla como su chacrita el mundo gira alrededor. La sangre roja del copihue corre en sus venas Huenumán junto a la luz de una ventana teje Angelita su vida. Sus manos bailan en la hebra como alitas de chincol es un milagro como teje hasta el aroma de la flor. En tus telares, Angelita, hay tiempo, lágrima y sudor están las manos ignoradas de éste, mi pueblo creador. Después de meses de trabajo el chamal busca comprador y como pájaro enjaulado canta para el mejor postor