Por el jardín
encantador
de la ilusión
va cantando el amor...
Y en el vergel
primaveral
mi corazón
ha encontrado un rosal.
Y en el rosal escondido y en flor
ebrio de luz, un pimpollo de amor,
que se encendió
y estremeció
al acercarme yo.
Del rosal del amor
una flor arranqué
y a la flor, con temor
por mi amor pregunté...
Y el rosal del querer
comenzó a florecer.
Y la rosa encantada
Respondió que mi amada
iba allí a aparecer
y el rosal transformóse en mujer.
Tiempo después, viejo y sin fe,
quise volver al jardín y encontré
que era vergel, sólo un zarzal
y que espinoso brotaba el rosal.
Y al acercarme a cortar una flor,
de aquel rosal del jardín del amor,
me estremecí
viendo que allí
otro cantaba así.