Rosa de amor
que una tarde me dio y olvidó,
con su perfume en mis manos.
Cuéntame si me ha querido,
si una vez en mi ha pensado.
Cuéntame si estoy en ella
o si loco lo he soáado.
Rosa de amor
que una tarde me dio y quedó...
quizás porque mis manos...
Compaáera de su pecho
que ha vivido sus secretos,
compaáera de sus horas
de nostalgia y soledad.
Cuéntame por qué estoy loco
si fue sueáo o realidad.
Por la noche la visión
de su encanto de mujer
es mi Dios y mi luz,
es mi cruz y mi fe.
Abrazado a mi delirio,
entre sombras, visionario,
la contemplo en mi calvario
y se aleja la visión.
Rosa de amor
que en tu pecho meció y acunó...
y que dormida ha quedado.
Sácame de este suplicio,
háblame del bien amado.
Háblame de aquellos ojos
que a mis ojos han besado.
Rosa de amor,
que en tu pecho meció y dejó
aquella tarde en mis manos...
Y has estado junto a ella
y has rozado aquella boca
y sus labios te besaron
y has sabido de mi amor.
Sácame, rosa encantada,
de mi senda de dolor.