Pasaste en el turbión del carnaval,
como un detalle más de su tropel,
y me arrojaste, riéndote, al pasar,
un manotón de trozos de papel.
Nevaba. Estaba viejo mi gabán,
y yo sentí llegar al corazón,
como otra nieve cruel,
tus trozos de papel,
que fueron pedacitos de ilusión.
¡Carnaval!... Carnaval
que te burlas de mí,
¿volverás a pasar
otra vez con Mimí?
¡Carnaval!... Carnaval,
¿mis treinta aáos qué son
si no sé ni cantar
ni olvidar tu canción?
También a mi buhardilla un carnaval,
te trajo la comparsa aquella vez.
Era en París. Nevaba y no había pan,
y te pintó un banquete mi pincel.
Entonces era nuevo mi gabán
y loco el corazón, ciega la fe.
Helaba y en mi afán
lo mismo lo empeáé,
para comprar papel
en vez de pan...