Sabes que conservas el mágico elixir que me convierte en tu esclavo
Que puedes maltratarme sin tener que fingir que te importo algo
También puedes castigarme si eso satisface tu sadismo animal
Yo lameré tus pies si me dejas atado a este collar
Sabes que me gusta que me miren con envidia cuando vas a mi lado
Que me vean como un coloso de hierro aunque sólo tú sepas que mis pies son de barro
También puedes llevarme comiendo de tu mano como un perro leal
Yo aullaré tu nombre al viento olfateando tu grial
Eres la diosa salvaje que abre su umbral y me ofrece el fruto prohibido
Te diluyes en mi sangre y juegas con el ritmo de mis latidos
No. No, no. No le llames amor. No. No, no. No le llames amor
Y ahora píntate los labios de ese color sangre que me vuelve loco
Muérdeme la boca y araña mi cuello, quiero ser la envidia de la ciudad
Cimbrea tus caderas como un puto terremoto, reina de la catástrofe total
Apúntame con tus pezones, como cañones de revólver, y amenázame con disparar
No. No, no. No le llames amor. No. No, no. No le llames amor