Dejando la aldea unos pasos navegan por la carretera donde falta el aliento. Solo por la noche se siente el dueño de lo que fue un sueño. El viento en su cara sólo ve tristeza fue la torpeza quien hundió su mirada. Ahora busca compañía que no vea en su gesto ningún indicio de vida fría. Ahora teme por la vida y castigado sin heridas sueña con sentir su alma perdida. Ahora cuenta historias pero engañar a la memoria es difícil sin coartada. Se aleja de los suyos ya no habla con su nombre y sueña que quizá algún día siga buscando en el mar el coral que en su vida un día creyó encontrar