Un campesino me lo contó que junto al río la descubrió, a esa muchacha bella y extraña que se bañaba bajo el sol. Y aquél campesino amigo creyó ver una visión y en la orillita del río se quedó su corazón. Campesino, campesino no te quejes del destino, sigue alegre tu camino y alegra tu corazón. La, la, la, la, la . Y desde entonces sabe del valor y del perfume de la flor, todo lo ve de otro color el río, el campo y el amor. Ya solo piensa en regresar Junto a la chica que le dio su corazón. El campesino quiso cambiar cambiar el campo por la ciudad. Dejó sus tierras llenas de flores y caracoles para triunfar. Pero el campesino amigo recordó aquella visión y volvió de nuevo al río donde estaba su ilusión. Campesino, Campesino no te quejes del destino sigue alegre tu camino y alegra tu corazón.