Amiga, no te mueras óyeme estas palabras que me salen ardiendo y que nadie diría si yo no las dijera. Amiga, no te mueras y soy el que te espera en la estrellada noche, el que bajo el sangriento sol poniente te espera. Yo soy el que en los labios guarda sabor de uvas, racimos refregados, mordeduras bermejas, el que te llama desde las llanuras brotadas, yo soy el que en la hora del amor te desea. El que cruzó los brazos por esperarte ahora, el que quebró sus arcos, el que dobló sus flechas, el que trajo en los brazos jacintos amarillos y rosas desgarradas, amapolas sangrientas. Yo soy el que te espera en la estrellada noche, sobre las playas aureas, sobre las rubias eras, el que cortó jacintos para tu lecho y rosas tendido entre las hierbas, yo soy el que te espera.