Ay, cariño, ay, cariño, si vieras como estoy desesperado por tu ausencia, soñando a cada instante con la luz de tu presencia; llamándote en mis noches y llorando como un niño. Ay, cariño, ay, cariño, tu sabes que mi culpa es adorarte como un necio, si es cierto, como dicen, que el pecado tiene un precio, que caro estoy pagando por quererte, ay, cariño. Ay, cariño, ay, cariño, si vieras como estoy desesperado...