Los muñecos quitapenas quitan las penas que tengo, se las cuento muy bajito y me las curan en silencio, y debajo de mi almohada duermen siempre mis muñecos, y si tengo alguna pena yo sin ella me despierto. Y yo que nunca creí en amuletos ni hechiceros, explicame que hago yo contando penas a muñecos será más bien que creo en tí. La cajita del club de la buena estrella me acompaña. Un erizo, un caballito, caracolas encantadas, le dan vida a mi cajita, lo que en playas infinitas, de la arena recojiste lo guardaste, y me lo diste. Y yo que nunca creí en amuletos ni hechiceros, explicame que hago yo confiando en aquellos objetos, será más bien que creo en tí mi amor... ...Mi amuleto eres tú mis conjuros te reclaman, y entre misteriosas sombras apareces con tu pocima encantada, y beberé para convertirme en duende y evitar que el frío hechizo de la vida me condene a ser un hombre. La cestita de la buena suerte tengo en mi mesilla. Me la trajo en uno de sus viajes, la bruja María. Me asegura buena suerte, y salud (hasta la muerte). Y volando con su escoba se despide para siempre. Y yo que nunca creí en amuletos ni hechiceros, explicame que hago yo creyendo en todo lo que creo, será más bien que creo en tí mi amor... ...mi amuleto eres tú.