Sin minifalda, ni zapatos de tacón, ni medias negras, ni un abrigo de visón, vende, se vende de niña, de niño, de novia, de novio, de esclavo vicioso a viejos y a mozos. Como Paquito Martínez Soria llegó a la capital, con muy poquita cosa, un sueño nada más, y ahora vende, se vende... No es ningún vicio hacer de tripas corazón, y hay que tirar palante con o sin rubor, vende, venderse, de niña, de niño, de novia, de novio, de esclavo vicioso a viejos y a mozos. Sin minifalda ni zapatos de tacón, ni medias negras, ni un abrigo de visón, vende, se vende, y aún sueña su sueño, bien cerca, bien lejos, le queda un deseo, tan sólo un deseo.