Tengo una linda casita,
bonita como no hay dos
y hay que ver de maáanita
que visita le hace el sol.
Después, a la tardecita
cuando el sol se pone ya,
la luna es otra visita
que la viene a reemplazar.
¡Ay, qué casita!
¡Ay, qué lugar!
Otra visita
ha de llegar...
Y cuando llegue,
entonces sí
podré decirles
que soy feliz.
Trabajando noche y día,
unos pesitos ahorré,
y hay que ver con que alegría
mi casita edifiqué.
Pero mi alma está solita
en ella, sin un querer,
le hace falta a mi casita
el amor de una mujer...