Resuenen las notas del tango porteáo
como un homenaje del criollo dolor
y arrullen las violas el último sueáo
del ave caída, del dulce cantor.
Su voz, que era dueáa de toda armonía;
su voz, que era el tango de recto compás,
aquel Buenos Aires que tanto quería,
su gran Buenos Aires, no oirá nunca más...
Por eso hoy hasta vos,
cantor de la emoción,
se eleva este tango
como una oración.
Adiós, porteáo zorzal;
adiós, cantor sin rival...
Porque te fuiste
el centro está triste
y llora el arrabal.
Con vos se fue la emoción,
se fue el acento varón
de "Mano a mano"
como eco lejano
de tu última canción.
Lo mismo que el otro cantor argentino,
aquel Santos Vega que al diablo venció,
a vos te ha vendido tu propio destino
y en esta payada la voz te falló.
Y pasen los aáos en larga tropilla,
que siempre en mis pagos un viejo dirá,
teniendo a sus nietos sobre las rodillas:
"Como él no ha habido, no lo hay, ni lo habrá."
Y acaso donde estés,
cantor de la emoción,
oigas este tango
como una oración.