No debí pensar jamás
En lograr tu corazón.
Y sin embargo te busqué,
En un instante te encontré.
Y con mis besos te aturdí
Sin importarme que eras buena.
Mi ilusión fue de cristal,
Se rompió cuando partí,
Más nunca, nunca más te vi.
Qué amarga fue mi pena
No te olvides de mí.
De tu Gricel.
Me dijiste al besar
El Cristo aquel...
Y hoy que vivo enloquecido
Porque no te olvidé,
Ni te acuerdas de mí.
Gricel, Gricel.