También de Marcelo Perea
A mis hermanos queridos
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que al que se ha herido
Y sobre huellas
Que se han perdido
Ha construido su camino de volver
Bien Marcelito, bien
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que a un ser manchado
Que en un costado
Está sangrado
Su sangre es vino que comparte con un pan
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que al que ha salido
Desde la tierra
De su destino
Como el aroma de la piedra parada
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que al hombre digno
Que es tan pequeño y
Por eso mismo
Es como el río que se ha abierto para el mar
No admiro a nadie más, a nadie más
No admiro más que al que no juzga
Luz que no elige
A quien alumbra
Perfume simple de la flor de la humildad
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que al embarrado
Que ha hundido huella
En medio el fango
Y que ha salido pero nunca va a olvidar
Y creo más, yo creo más
Y mucho menos desconfío
Del que ha sufrido
Por su camino
Porque ha mirado de sus ojos más allá
No admiro a nadie, a nadie más
No admiro más que al hombre digno
Que es tan pequeño y
Por eso mismo
Es como el río que se ha abierto para el mar