Que si los tsunamis, que si se acabó el café,
Que si el velo de la fe no es suficiente.
Que si los banqueros, que si el viernes con acné,
Que si el medio oriente.
Que el apocalipsis, que los curas, que el smog,
Que la edad y los problemas de la vista,
Que los elegidos en el nombre del señor,
Que los uribistas.
Pero a las siete suenan tus llaves,
Gira la cerradura,
Y no me alcanza para explicarlo
Voz ni literatura.
Huyen temores, dudas, fracasos,
Como agua entre los dedos:
Es que a las siete suenan tus pasos
Y ¡chau miedo!
Los futbolistas redactando
Los dentistas sonriendo
Los cardenales pontificando
Los hinchas ejerciendo
Los militares pensando
Los congresistas repatiendo
Los curas gobernando
Los médicos redactando
Las escritoras durmiendo
Cura el vino tinto el miedo a la desnudez
Y cura la estupidez la mente abierta,
Cura mis angustias el sonido de tus pies
Al cruzar la puerta.
Pero a las siete suenan tus llaves,
Gira la cerradura,
Y no me alcanza para explicarlo
Voz ni literatura.
Huyen temores, dudas, fracasos,
Como agua entre los dedos:
Es que a las siete suenan tus pasos
Y ¡chau miedo!
Los gobernantes gastando
Los malcriados creciendo
Los generales pintandodo
Los abogados pudiendo
Las enfermeras silbando
Los industriales pidiendo
Los empresarios cantando
Los cantautores vendiendo
Los australianos bailando
Los colombianos bebiendo