Niña fatal. Adolescente con las medias mal bordadas.
Roto un cristal y manchas rojas salpicando tu fachada.
Mírame aquí, con un dolor de puta enamorada;
Para empezar, para seguir, no sé si matan más tus besos o tu espada.
De cuando en vez, tienes el don de despertarme la esperanza;
Luto al revés y soy un niño adivinando adivinanzas.
Pero al sumar no sé qué pesa más en la balanza:
Si este café que huele a gol o tantos montes de las malaventuranzas.
Tanta postal, tanto papel
Y aún no hay nadie que le escriba al coronel.
Tan pedigrí, tan medieval,
Mi colombita tan monjita y tan sensual.
Tonta genial que vas sonriendo por el borde del abismo.
Santa inmoral, en tus ligueros guardas siempre un catecismo.
Culta y vulgar y diplomada en meimportaunculismo.
Amnesia, ¿quién? Amnesialand, el funeral y el carnaval te dan lo mismo.
Te conocí siempre en tu esquina y con tus dos mares de dudas.
¡ay! ¡colibrí que con un beso me asesina o me desnuda!
Eres mi sol, mi virgencita, mi hospital, mi viuda.
Ponte el rubor, bésame aquí, que hoy no me importa que tus besos sean de judas.
Tanta postal, tanto papel
Y aún no hay nadie que le escriba al coronel.
Llueve sudor más que maná,
Mi colombita que me quita y que me da.
Loca, no más. ¡cómo disfrutas inundando noticieros!
Loca que vas entre tus pablos, tus gabitos, tus boteros.
Loca, mi amor. O ¿quién declara guerras por floreros?
Loca también esta canción que grita igual que te detesto y que te quiero.