Cada día llega gente con historias de pecados y pudor,
Todos a venderme el cuento de que el juicio llegó.
Traen risas y bengalas y una guía por si alguna excomunión,
Tocan puertas y ventanas, pero yo...
No estoy. No estoy.
No estoy. No estoy.
Vienen a venderme culpas y se olvidan que la culpa es del temor,
Que la vida es un milagro y hay que dar amor.
Pobre culpa que me busca, cada día vuelvo al sueño y bebo ron,
Pobre culpa que me busca, yo que estaba, ya...
No estoy. No estoy.
No estoy. No estoy.
Cada día es día nuevo, todo lo que quiero es tu canción.
Hay quien teme a sus deseos, y yo te deseo, corazón.
Llegan libros que nos traen, con descuentos por su última edición,
Las recetas y las claves de la salvación.
Yo que creo en la belleza, no me trago que la vida es un dolor,
Yo prefiero la torpeza de buscar la flor.
Para los que me dijeron del pasado, que el pasado fue mejor,
Para los que me mintieron en nombre de dios:
Sepan que hay un día nuevo, donde me emborracho de canción,
Y que para sus deseos, y para la muerte, no...
No estoy. No estoy.
No estoy. No estoy.
No estoy aquí para sufrir, no estoy aquí para llorar,
No estoy aquí para aburrirte con mi dolor eterno.
¡hay que brillar el corazón!
¡a emborracharnos! ¡cómo no!
¡para llorar ya sobra tiempo!
No, no, no estoy, no, no, no estoy,
¡no estoy para pedir perdón!
¡sólo tengo ganas de buscar la flor, mi amor!
¡no estoy para sufrir! No, no.
¡no estoy para sufrir por nadie!!