Ya sale el sol, tinto de cal por entre el ajedrez de la ciudad. Trepa un farol, baja al barrial y se despeina sobre un bolulevard. Timon de luz, viril galan, en las veredas te haces muchos mas, entre verdor y atardecer cada semaforo es un hijo infiel. Mirando al sol y a su color pense evadirme de este mundo gris donde no hay sol, sino un confort que nace al norte y se pone al sur. Los rayos vi dorar la cal, mas no los rostros de la humanidad. Quede forzado el porvenir, mediante cuotas de anticoncebir. Todos marchan enfilados, la quimera del confort, yo me siento mas humano y me voy atras del sol. Se escapa ya el rubio rey, el pelirrojo sol crepuscular, mi sueáo va siguiendole por entre calles sin parquimetrar. Con lentitud naufragara, como una gran moneda de color, en un rincon del mas alla, quizas en la alcancia del seáor...