Sipriano y Rosa Maria dejan a su hijo encargado y como espaldas
mojadas, se cruzan pa'l otro lado. Pronto, encontraron trabajo, por el
rumbo de McAllen. Ella es muy joven y hermosa, y el de los hombres
que valen. Al gringo, dueno del rancho, le gusta la hembra al instante. Fue
por temor o a menaza pero la hizo su amante. Alguien le avisa a
Sipriano, y este como fiera herida, con un punal en la mano, les quita
a los dos la vida. Mata primero al gabacho, ella asustada gritaba,
si no le daba mi cuerpo, la immigracion nos echaba. Pero Sipriano,
jusgando, de su mujer se vengaba. Estuvo veinte anos preso, hoy al
cruzar la frontera: en el lado mexicano, un hombre joven lo espera.
"Padre" le dice al mirarlo. Lo estrecha contra su pecho, lo que le hizo a
mi madre, le juro que esta bien hecho, yo a usted ya le he perdonado
sin odio y sin egoismo. Y si una mujer me traiciona, tambien yo le
hago lo mismo. Ya le cante la tragedia de un mexicano y un gringo.