Desde el alto de las húmedas montañas, hasta el último río de la estepa austral
Nuestra sangre se ha derramado más de una vez
Nuestra espiritualidad ancestral aún combate, aún combate
Ya sea con las manos vacías y secas
O con los artefactos que también abren la tierra
Nuestros ancestros y dioses aún rugen
Piedra contra fuego azadón contra fusil
La lucha por el agua es la lucha por la vida
La lucha por el bosque es la lucha por el alma
La lucha por el alma
Tú, guerrero anónimo, que caíste más de mil veces
Nadie está olvidado, nadie está olvidado
Nada está olvidado
Botas que suenan al ritmo de la sangre que derramas
Camino a las luces de un hogar desconocido
Tu andar inerte e incierto, es el motor desgastado
Que nos empuja hacia el porvenir del hombre nuevo
Mujer andina que dentro de tu aguayo cobijas el pasado glorioso
De los que fueron y son modelo de nuestras luchas presentes y futuras
No dejes de subir la cumbre, de mascar la coca de romper la roca