No podrás olvidar este cariáo mío, lo tendrás que llorar entre dolor y hastío. Cuando llegues a estar en medio de un vacío, envuelto en una pena, una enorme pena como ésta que me das. Hoy, al pensar, en los aáos que perdí sin encontrar el amor que perseguí. Tus palabras, tus viejas palabras torturan mi vida y las llevo quemantes, sangrantes, igual que una herida que no puedo curar. No podrás olvidar... y qué verdad, qué cierto. Que castigo el estar por un cariáo muerto. Y que yo lo maté y se quedó conmigo, como una enorme pena, la peor condena que Dios me pudo dar.