Sentado en la mesa, miro sus labios, recuerdo como me besa,
Un Glen Mackena, como siempre,
Con mi lírica y pasaje, recordando su pelo, sus ojos verdes, la invita al barco, a la luz de las velas,
Un romántico de la época, chanteuse,
Mientras bebía, 35 años, licor, piso la calle a buscar su olor,
Se espera en la puerta gold, vestido lindo, dios,
Hace que me sienta top, se prepara la chaqueta y el arma, sale pa' la calle, suenan las alarmas, la muerte busca venganza,
Y yo con un par de "AS" en la manga,
Sentados, hablaron, whisky 12 años, y un puro canario,
-tus días se acabaron, reíste, bebiste, fumaste,
+Nunca llegue a vivir, encerado entre negocios y no mire por mí,
-ese tiempo lo perdiste, avise y caso omiso hiciste,
+Aún no es mi hora, te llevaste familias, gente y sus memorias, no me hagas esto, tengo higos, esposa, aún no es mi hora; exclamó el joven con demora.
Recordó las palabras de su señora, la filosofía del ahora,
Escuchar, pensar y callar, Agora,
Y que hago mamá?, Si las dudas no podré solucionar?, Miro al cielo y lo entendió, él es su dios, las heridas no las cubre el tiempo,
Empleo fuerza y se alzó, un beso en los labios, otro de cabeza, prepara su mejor gala, camino la empresa, da gracias por permanecer a su lado, aun con dinero o sin un duro, que el tiempo no lo cura todo, pero sí el lamento.
Va a la mesa, a ese encuentro, no tiene miedo, paso firme, barbilla alta, mirada al suelo.
No tiene miedo, va sin consuelo, llega al banquete, come sin hambre.
La muerte en un salto, la muerte en segundos,
LA MUERTE DE UN HOMBRE.