Yo no siento nada
pero presiento que a chorros se escapa
la magia de mi alma gastada
ella en la calle tirada
algunas sirenas lejanas
resuenan en la noche olvidadas
veloz caballo de acero
tu gasolina mi sangre y su cuerpo
se mezclaron en el suelo.
El gris de la carretera dibujando su melena.
Y la luz se le apagó.
Y su voz se le apagó.
Se le apagó la luz, tembló
y no llega la camilla, luché buscando una salida
para ir a escuchar su corazón
con las manos confundidas no me mantengo en pie
no llego hasta la niáa de mi vida.
Porque no habla no entiendo
hace un momento me iba diciendo
no corras tanto que tengo miedo.
La ambulancia volaba
entre la vida y la muerte, pensaba
que echaba tanto de menos su casa.
Amarga risa en la cama
imagina que es una diana
con todas esas agujas clavadas.
Bromea sobre su suerte, le hace sentirse más fuerte
entre la vida y la muerte se piensa tan diferente.
Y la luz se le apagó
Y su voz se le apagó.
Se le apagó la luz tembló
se cerraron las cortinas
y escuchó pasar la vida y el
suave latir de un corazón
la indirecta comprendida
una torpe despedida de
la niáa de su vida...