Ella durmió al calor de las masas y yo desperté queriendo soáarla. Algún tiempo atrás pensé en escribirle que nunca sortée las trampas del amor. De aquel amor de música ligera nada nos libra, nada más queda. No le enviaré cenizas de rosas, ni pienso evitar un roce secreto. De aquel amor de música ligera nada nos libra, nada más queda.