(Gateado)
La tristeza no es buena
ni vos tampoco,
no me des tanta pena,
quereme un poco.
Pensando en tu cariáo
me desconsuelo,
y lloro como un niáo
que está de duelo.
Yo no quiero tenerte
encerrada en casa,
lo que quiero es quererte,
decí qué pasa.
Cuatro besos me diste,
aunque no querías,
¿por qué no me dijiste
que me sentías?
Si me querés ahora
yo sabré darte
más que el que te enamora,
dejame amarte.
Mujer, no hagas alarde
de tus favores,
hay leáos que no arden,
los hay mejores.
Si no podés llamarme
ya no me importa,
haré por consolarme
con cualquier otra.
Te quiero para siempre
de compaáera,
dime lo que tú sientes,
seme sincera.
Estoy solo en mi pieza,
la casa es fría,
solo con mi cabeza
y sin compaáía.
Si no podés quererme
no importa mucho,
no olvides que respiras
y yo te escucho.
De tanto vivir frente
del cementerio,
no me asusta la muerte
ni su misterio.
Yo no quiero consuelo,
quiero cariáo,
con mi flor en tu pelo
o en tu corpiáo.
Te seguiré esperando
porque te quiero,
y no importa hasta cuándo:
sin vos me muero.
Me hacen vivir tus ojos
y tus maneras,
ponte mi clavel rojo,
que no se muera.
Yo no quiero que salgas
con los que sales,
no hay ninguno que valga
lo que tú vales.
El corazón te mando
con el clavel,
te lo estoy entregando
junto con él.