Su nombre rimaba con mina
Su padre era minero
Siempre decía a ella y a su pelo
Lo peligroso que es el carbón
Y cada noche repetía
Y ni con eso conseguía
Calentarse las manos
Tras el día de labor
De pequeña siempre una marca de carbón en la mejilla
La caricia que dejaba cada vez cuando volvía
Y ésta siempre aguantaba noche y día
Una marca negra que, aunque quiera, no se olvida
Cada noche repetía
Y ni con eso conseguía
Calentarse las manos
Tras el día de labor
Aquel año fue duro y se notó
Había alta demanda de carbón
Los turnos en la mina se doblaban
El padre no llegaba al cazo, la lumbre y su olor
Cada noche cuando volvía
Seguía frío y frío se sentía
Y muy dentro se me quedaba
Agravando la pena mía
El trabajo no perdonó un solo día
Lo sufrió mi pequeña Catalina
Duró tanto como tiempo le quedaba a mi minero
Con la primavera se marchó el fuego
Esta noche no hubo carbón (no)
No hubo plato, ni humo ni calor
Solo trajes negros, manos frías
Que para siempre guardo en esta canción