La noche que mi corazón
Se iluminó cuando llegó
Y un dulce himno de esperanza
En el cordaje de mi alma vibró...
Divina forma de mujer
Toda ternura y sentimiento...
Esplendoroso amanecer
De un día venturoso
Que no podrá volver.
Pero la mano del dolor
En el romance se ensaáó, brutal...
Y en el rincón donde juró su amor,
La despedida vino a balbucear;
-adiós... su boca murmuró
En un sollozo de amargura;
Y al gemir mi pecho: -adiós...
Marchita la ilusión,
Llorábamos los dos...
¡locura cruel que cometí!...
La ruta plácida perdí...
Después... ¡amores mentirosos
Triste despojo hicieron de mí!
Hoy marcha errante mi bajel
Y negras nubes amenazan
El firmamento de mi fe...
¡el faro son los ojos
Que nunca encontraré!...