Caminar, con el alma cansada
Con el rumbo perdido, las manos sin flores
La fe sin piedad
Caminar, con los ojos sin lágrimas
Soportando la vida, sin una alegría
Sin sueños, ni paz
Sin poder encontrar las razones
De la eterna tristeza, que me ha hecho incapaz
De aprender a vivir
Para qué los campos, para qué los mares
Para qué la vida, si no existe nada
Que me haga feliz